ORDENES DEL AMOR SEGUN BERT HELLINGER





Los Ordenes del Amor de Bert Hellinger en la consulta individual es una experiencia en la que cada persona tiene la posibilidad de acceder a su campo de información, sentir, comprender y reorganizar dentro de nosotros, lo que está en nosotros mismos.

Este trabajo está dirigido a cualquier persona que quiera comprender y sanar las relaciones de pareja, padres-hijos, también en situaciones de duelos y pérdidas de seres queridos,  o relaciones laborales y profesionales, su relación con el dinero o cualquier síntoma relacionado con la salud física o emocional, viendo con claridad los vínculos existentes y encontrando en ese mismo instante la clave para subsanar los conflictos y condicionamientos presentes.


Es una oportunidad única para experimentar una profunda toma de consciencia de la situación y realidad actual. Esta  experiencia nos permite llegar a una comprensión más allá del análisis verbal y mental respecto al pasado, presente y el destino, profundizamos de forma delicada y sutil en los antiguos y actuales conflictos tanto familiares como de pareja o profesionales que nos permiten comprender, aceptar y sanar las heridas y condicionamientos que arrastramos consciente e inconscientemente y que afectan directamente nuestra vida y nuestras relaciones. 

Bert Hellinger, filósofo y psicoanalista alemán, creó su propio método de psicoterapia fenomenológica y sistémica, dentro del enfoque de las terapias humanistas breves y del existencialismo. Estudió Filosofía, Teología y Pedagogía. Después de especializarse en psicoanálisis, continuó su formación en varias escuelas psicoterapéuticas: Gestalt, Psicodrama, Hipnosis Ericksoniana y PNL, Análisis Transaccional, Terapia Familiar Sistémica, Terapia Estratégica, asimilando lo esencial de  cada una. Llega así a practicar la psicoterapia de un modo original y cada vez más sintético.

Fue, trabajando con el Análisis Transaccional, que advirtió un aspecto multigeneracional en el abordaje de las problemáticas, que lo direccionó a la Terapia Sistémica. Al profundizar en ella descubrió, dentro de los sistemas, leyes y órdenes  de compensación a los que llamó Los Ordenes del Amor.

Aplicar los Ordenes del Amor en la Consulta Individual, es un trabajo de descubrimiento y liberación, que permite entender y liberar los patrones de la vida que nos hacen sufrir, descubrir y liberar lo que limita nuestra realización.

El método de Bert Hellinger permite liberarnos del pasado familiar que cada uno expresa involuntariamente a través de sus sentimientos, deseos, comportamientos, limitaciones, reacciones y enfermedades.

Estos vínculos invisibles de amor que generan nuestra vida y que cada uno metaboliza a su modo en su vida cotidiana en forma de una limitación o de un malestar crónico se desvelan en el trabajo con los Ordenes del Amor según Bert Hellinger liberando a la persona de su carga negativa.

Heredamos los dones, aptitudes, dificultades y enfermedades de nuestros antepasados. 

Aunque estemos a mil kilómetros, aunque no conozcamos a nuestros padres biológicos, aunque no nos guste, somos  el fruto de nuestra familia. Estamos hechos con las células de todo nuestro sistema familiar biológico. 

"A veces tenemos la idea de que somos independientes y libres y de que somos capaces de decidir independientemente sobre nuestro destino. A través de este trabajo podemos ver cómo estamos intrincados en la vida de los demás, y de todo el mundo.

Porque lo que ya no está sólo está aparentemente pasado: vive dentro de nosotros.

Tenemos vagas ideas acerca del futuro, pero debemos reconocer que hubo algo antes que nosotros y habrá algo después.  Había ya algo nuestro antes de que naciéramos, y habrá quedado algo nuestro cuando hayamos partido."
Bert Hellinger, marzo 2007, Barcelona




LA ECONOMIA Y LOS ORDENES DEL AMOR



“El dinero es amor que fluye”


Equilibrar el dar y recibir. Compensar lo recibido.

Dar y recibir, la gran ley del intercambio entre los seres humanos. Los órdenes del amor descubiertos por Hellinger ponen a la luz las reglas para conseguir el éxito en todos los aspectos de la vida. Equilibrar el dar y recibir es la primera de ellas en cuanto a nuestra situación económica.

Sería mejor hablar de “recibir y dar”, mucho mas que “dar y recibir” y más precisamente de “tomar y dar”. ¿Por qué? y ¿qué significa “tomar y dar”?

Existimos gracias al abrazo que se dieron nuestros padres biológicos. Somos cada uno una mezcla única de sus cromosomas y genes. Haya pasado lo que haya pasado, nuestra vida se la debemos primero a ellos.
Existimos porque recibimos la vida de ellos.

Si nos abrimos incondicionalmente a la vida que nos han transmitido y que se perfila hacia delante entonces la vida fluirá a través de nosotros y se volverá bondadosa.

Al abrirnos, aceptamos incondicionalmente y activamente a los padres. Eso es el “tomar” a la madre y al padre.

“Madre, te tomo como mi madre, tal y como eres. Gracias por la vida que me has dado. La tomo incondicionalmente de ti. Gracias por ser mi madre. Para agradecértelo, lo que me falta me lo busco yo. Para darte las gracias me pongo al servicio de la vida”

“Padre, te tomo como mi padre, tal y como eres. Gracias por la vida que me has dado. La tomo incondicionalmente de ti. Gracias por ser mi padre. Para darte las gracias, lo que me falta me lo busco yo. Para darte las gracias me pongo al servicio de la vida”

¿Qué pasa cuando algo de los padres no nos gusta?
El sistema familiar, o consciencia, campo o alma familiar, vela por la integridad del grupo, del clan; todos los miembros pertenecen al clan, hayan hecho lo que hayan hecho. De modo que si alguien rechaza a otro, quiere eliminar a otro, esa intención choca frontalmente con la unidad y supervivencia del grupo y el sistema familiar automáticamente, de un modo ciego, reintroduce al rechazado bajo forma de fracasos, enfermedades o accidentes, en la vida de la persona que le rechazó o de sus familiares más jóvenes.

Y uno de los fracasos más evidentes es el de la abundancia. La abundancia nos viene como respuesta a nuestro amor. Pero ¿qué amor hay en querer sólo lo amable de los padres y de sus familias? El amor recompensado por el sistema familiar es el amor a todos como son, como fueron: la compasión para con el tío abuelo soltero amargado y autoritario, el bisabuelo que arruinó a su familia, la madre que abandonó el hogar, el abuelo alcohólico, etc.

Y ¿Qué ocurre cuando asentimos a todo, sin juicio? La carga negativa de la herencia desaparece, sólo se van a transmitir fuerza y amor.

Estar en el sí a todo como es y en el agradecimiento incondicional a la vida como es estar en sintonía con el espíritu. Y la respuesta del espíritu a nuestra entrega es la abundancia. La abundancia pertenece al campo del espíritu.

“Te tomo como mi madre, tal y como eres. Eres la única madre posible para mi. Eres la mejor madre posible para mi.”

“Te tomo como mi padre, tal y como eres”.

“yo soy un desafío, soy la fusión de vuestras dos familias, con mentalidades y responsabilidades opuestas. Y recojo el desafío que me ofrece la vida. Tal y como soy, fusión de seres distintos, me pongo al servicio de la vida.”

En los humanos existe un impulso instintivo, biológico, hormonal, a devolver lo que hemos recibido. Gracias a ello existen las relaciones entre los seres humanos y entre los pueblos. Por el hecho de haber recibido la vida de nuestros padres, estamos impulsados a compensarlos. Y como no podemos compensarles la vida que nos dieron, lo hacemos con los demás, dando la vida a otros, trabajando al servicio de la vida de otros. Toda nuestra vida adulta está impulsada por nuestra necesidad de compensar lo que recibimos de los padres. Y a su vez el entorno, el mundo, la sociedad, nos compensa con su gratificación en forma de reconocimiento y dinero.

Por lo que cuanto menos aceptemos a nuestros padres, a su cultura, su educación, su carácter, país de origen, religión, etc. menos impulso para compensar vamos a tener, menos gusto para el trabajo, para la entrega a los demás, para el compromiso. Y por lo tanto tampoco el entorno nos compensará, la abundancia pasará de largo.

La abundancia, la prosperidad es una respuesta sistémica del movimiento del espíritu al respeto incondicional para con los padres, al agradecimiento incondicional a lo que viene con ellos: cultura, país, nivel económico, lengua, ideología, etc. Agradecimiento a la vida como es. Respeto y aceptación de todos. De todos significa incluso de los que dan miedo, rabia o repugnancia, y sobre todo de ellos.

Existe un lugar y sólo uno para cada uno.

Puede existir en nosotros mucho amor hacia nuestros progenitores, hasta desear protegerles, aliviarles de sus penas y cargas. Llegamos incluso a menudo a colocarnos por encima de ellos, haciendo de padres de nuestros padres. Si bien lo hacemos por amor, a un nivel más profundo y más inconsciente, al nivel de la consciencia familiar, el sistema considera esta actitud de estar por encima de nuestro rango una verdadera arrogancia y lo castiga muy severamente con todo tipo de fracaso, incluyendo el fracaso económico.

Respetar a los anteriores, a los que nos preceden.

Observemos un último factor causa de la penuria económica: el no tener respeto a los que están antes que nosotros. Nuestra sociedad elude este concepto de respeto a los mayores aunque sistémicamente sea una regla fundamental.

Y ¿Quiénes están antes que nosotros? Las parejas que tuvo mi pareja antes de estar conmigo, los miembros de mi empresa que tienen mas antigüedad que yo cual sea su cargo, los vecinos que estaban antes que yo en la casa, los nativos que vivían antes que yo en mi lugar de residencia, etc.

Junto al compensar lo recibido, aceptar a todos y estar en su sitio, ese respeto a los anteriores forma parte de los órdenes del amor que fundamentan el éxito en la vida humana. En concreto, son todos los factores en juego en el fluir del dinero, son los órdenes secretos del amor para la abundancia.

A nivel de empresas

A nivel colectivo encontraremos estos mismos órdenes secretos del amor. Las empresas pertenecen a sistemas mayores que corrigen de modo automático y ciego la trasgresión de las leyes sistémicas.

De la misma manera que un ser humano pertenece a un padre y una madre, le guste o no, un colectivo, una empresa pertenece a un país y un sistema social.

Y como las personas con sus progenitores, la empresa debe respetar y agradecer al país (la madre) y a las instituciones (el padre) que le han permitido nacer, debe respetar el orden que los individuos se han dado en este país, debe respetar la jerarquía natural de los “mayores” o sea de las empresas más antiguas (fracasan las fusiones u OPA cuando la empresa protagonista es más joven que la empresa fusionada), debe estar al servicio de la sociedad.

¿Es un deber moral? Es un deber sistémico, es el respeto de las leyes de la vida y de no existir este respeto a los órdenes antes citados, tarde o temprano, observaremos que dejará de fluir la respuesta del entorno, que los clientes dejarán de interesarse por el producto, que el dinero dejará de llegar.

 “El trabajo es vida en acción”. Se trabaja como se vive, se trabaja como se ama. El dinero es una respuesta del espíritu. Cuando nos liberemos de las transgresiones inconscientes a los órdenes del amor, la abundancia empezará a fluir en nuestras vidas.

Brigitte Champetier de Ribes
Publicado en Espacio Humano Enero 2009